Univision 14 - Un grupo de inquilinos en uno de los barrios hispanos de Oakland decidió tomar medidas drásticas para hacerle frente a los aumentos desproporcionados de renta que ellos consideran injustos: no pagar el alquiler por cuatro meses.
La huelga de los arrendatarios comenzó el pasado mes de octubre y los afectados aseguran que continuará de manera indefinida hasta que logren su cometido: una oportunidad para comprar el edificio en el que viven.
Lo que motivó la huelga es algo por lo que atraviesan muchas familias en la Bahía de San Francisco, una región en donde el costo de vida es cada vez más elevado y la crisis de desamparados se agudiza ante la falta de vivienda asequible.
“No me han cambiado la alfombra. He vivido aquí por 11 años”, comentó María Montes de Oca, una de las residentes que desde hace cuatro meses no ha pagado su alquiler. Junto a ella, otros seis inquilinos que participan en esta huelga se quejan de que la renta continúa aumentando pese a que los departamentos se encuentran en condiciones cada vez más deplorables.
La decisión de dejar de pagar el alquiler no fue tomada a la ligera. Los inquilinos se pusieron en contacto con el Oakland Community Land Trust, una organización no lucrativa que compra propiedades en la ciudad para luego convertirlas en unidades de vivienda asequible.
Noticias Univision 14 pudo constatar que la táctica de los residentes del inmueble ubicado sobre la avenida 29th en el barrio Fruitvale parece estar funcionando. Después de incontables intentos, los dueños del edificio finalmente accedieron a reunirse con ellos para escuchar sus demandas.
“Pueden entrar en una relación con el Land Trust en la que, ellos siguen siendo inquilinos, y van a pagar de renta una cantidad similar a la que pagan en la actualidad, pero esa suma no va a aumentar”, indicó Israel Lepiz, uno de los activistas que trabaja con las 7 familias que participan en la huelga.
Lepiz trabaja para la organización Alliance of Californians for Community Empowerment (ACCE), la misma que apoyó al grupo de madres de familia de Oakland que el mes pasado ocupó de manera ilegal una vivienda abandonada y alcanzó un acuerdo para comprar la propiedad a través del Oakland Community Land Trust.
Y mientras esa reunión ocurre, algunos inquilinos solucionan los problemas con sus propias manos. “El piso lo puse yo con mi propio dinero. Ahora me miro en el futuro próximo… que voy a tener que andar buscando casa por aquí y por allá, o vivir debajo del puente”, dijo Francisco Pérez, quien lleva viviendo 20 años en la propiedad.
Falta de vivienda asequible
Los inquilinos de Fruitvale buscan un desenlace similar al que tuvo Moms 4 Housing a principios de este año. Ambos casos son el vivo reflejo de una crisis de vivienda e indigentes que afecta a todo el estado y que ha obligado al gobernador Gavin Newsom a destinar casi $1,400 millones de dólares de su presupuesto para frenarla.
El estado necesita construir alrededor de 180,000 nuevas unidades de vivienda cada año para cumplir con la demanda de sus casi 40 millones de residentes. Sin embargo, durante la última década se ha quedado corto con un promedio de 80,000 casas, según datos del Departamento de Vivienda y Desarrollo Comunitario de California.
Por si fuera poco, en regiones afluentes como Silicon Valley los problemas asociados con la crisis de vivienda afectan cada vez más a sus residentes. Las sólidas condiciones económicas generadas por el sector tecnológico han traído consigo consecuencias graves como los exorbitantes precios para la compra y renta de inmuebles: por ejemplo, mientras a nivel nacional una familia requiere de ingresos anuales de $61,453 para poder comprar una casa a precio de mercado, en el Área de la Bahía es una misión imposible poder financiar una vivienda con ese salario.
En San José, por ejemplo, la ciudad con mayor población hispana en la región, una familia debe ganar alrededor de $255,000 anuales para poder financiar una casa. En contraste, la familia promedio gana menos de la mitad y el precio de una vivienda oscila alrededor de los $1.2 millones de dólares. El panorama es igual de desolador en San Francisco, donde el costo promedio de una casa es de $952,200 y una familia tiene que ganar casi $199,000 anuales para poder adquirirla.
La crisis generada por los elevados precios de las casas y los alquileres va de la mano con la crisis de indigentes y desamparados: cifras recientes que forman parte del reporte 2019 Point In Time Count, un censo bianual sobre las personas desamparadas, revelan que en conjunto, el número de californianos que duermen en las calles creció un 30% en los principales condados del Área de la Bahía.
El desglose del censo revela un panorama aún más desalentador para ciertas regiones: en San Francisco la población sin techo creció un 31% en comparación con la de 2017, mientras que en el condado de Alameda subió al 43%. Por su parte, el condado de Santa Clara registró un crecimiento de 31%, pero si se aísla a San José, la décima ciudad más grande del país y uno de los principales enclaves de Silicon Valley, la cifra se dispara al 42%.